En Italia, la violencia de los denominados ultras italianos se caracteriza por sus insultos racistas e incluso por la fabricación de armamento para las batallas que efectúan antes, durante y después de los encuentros. La primera aparición de la violencia en el fútbol moderno, de 1863 en adelante, ocurrió en 1885, cuando un encuentro entre los equipos ingleses de Preston North End y Aston Villa terminó con una brutal pelea entre jugadores de ambos equipos.