En el albor de una nueva temporada (1958/59), llegó al equipo el aporte ofensivo de José Altafini (delantero brasileño, campeón del Mundo con su selección en la Copa Mundial de Suecia ’58) y la seguridad del líbero Sandro Salvadore. Gracias en parte a los dieciséis goles del panameño y los trece del uruguayo, los registros de esta temporada fueron aún mejores que en la anterior y el club peleó por entrar en los puestos de acceso a las competiciones europeas, finalizando en una digna octava posición.