Los orígenes del fútbol, más antiguos de los reconocidos tradicionalmente, se inician en 1897 cuando ya en la prensa local se cuentan los progresos de algunos jóvenes quienes se caracterizan, a criterio del periodista, “por jugar con una pelota del tamaño de un melón no muy grande”. Con inmediata posteridad el protagonismo lo adquiere Percy Thackeray, profesor de inglés de origen británico cultivado futbolísticamente en Londres quien, rodeado de jóvenes alumnos, los adiestra en el arte del balompié.