En poco tiempo, dos lesiones graves lo machacaron: «Jugando en el Boetticher fuimos a Tenerife y allí había un jugador famoso, el Tigre Barrios, que me partió la mandíbula. Es mejor que el pie se mida al acabar el día. «Recuerdo la primera vez en la Ciudad Deportiva, que abrieron una caseta y dijeron: ‘Ahí tenéis la ropa’, y todo el mundo salió corriendo a por ella».