Otro punto que generaba presión sobre la dirigencia, era la convocatoria que tenían Las Gladiadoras todas las semanas por el nivel de concurrencia, superando las mil personas que asistían al Complejo Pedro Pompillo, más conocido como Casa Amarilla, donde otras cientos de personas se quedaban sin poder ingresar al predio para ver al equipo de fútbol femenino. El equipo volvió a disputar la Copa de Campeones, donde en la segunda ronda se enfrentó al Estrella Roja de Belgrado.